En boca cerrada no puede salir la rabia contenida de antaño. Los ojos parecen arder. Marcan una línea de rojos encendidos en el borde, en la reja casi transparente que limita e impide que nuestros ojos salten cual suicidas y nos dejen a oscuras. Quiero ver, necesito seguir disfrutando de la grandeza del verbo mirar. … Sigue leyendo Cara o cruz