¿Quien dice que si somos adultos, no podemos soñar despiertos con nuestras pequeñas ilusiones? Si es así, tampoco las soñará de noche. Intuyo por lo que me cuentas que sufres ese tipo de dormir con clavos en la almohada por forzarte a no fluir.
Dime infantil, inconsciente, inmadura, que aún tengo mucho que aprender para llegue a crecer algún día … Pues vale, no me importa porque no aporta nada esas palabras vanas y vacías.
Si es así, olvidaste tras el otro lado de la puerta cerrada a cal y canto tu niñez, las sorpresas fuera de días señalados que en casa recibías. Dejaste atrás el significado de una sonrisa de un niño, del brillo de los ojos de una persona cuando se emociona, del llanto alegre, de pintarte la cara de mil colores y de paso ensuciar las paredes de casa. ¿Tus recuerdos se congelaron o los tiraste por la ventana? Tú piel se tornó lija, dura e inalterable en lugar de vibrante, cercana al sentimiento más dulce que se puede ver muchas veces mirarte los brazos y ver como tu bello poco a poco se eriza sin saber del todo a cuento del porqué te ha pasado.
Sigue tú aprendiendo a ser alguien correctísimo, recto, un témpano. Si quieres a seguir por el camino que lleva a ninguna parte, al que no tiene más que una sola dirección ya estudiada desde el momento que iniciaste tu camino.
Déjame así y aléjate de mí. Si esto es desaprender, lo prefiero antes de envejecer sin sentido, sin notar nunca más, pequeños pinchazos de alegría en mi alma, sin emocionarme, sin dejar nunca de ser niña. Quiero andar por aquellas veredas que dan opción a un cambio de dirección porqué si, a la improvisación, a vivir.
Gracias Noe, sí, muy importante dejarse vivir 🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tienes toda la razón
Me gustaMe gusta
Enhorabuena por tu post!!! Me ha encantado, me he sentido identificada contigo, aunque a veces el estrés y la rutina diaria hace que nos olvidemos de nuestra niña interior. Un abrazo
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Agustina. Eres un cielo!!! Pero a pesar del estrés, las personas que somos así, no nos olvidamos de que en nuestro interior está esa/e peque y aflora continuamente sin aviso previo! Muasssssssssss
Me gustaMe gusta
Me apunto a eso. Mi yo infantil sigue muy viva en mi interior y no pienso dejarla morir. De hecho la dejo salir de vez en cuando y que me guíe 😉 Y a quien no le guste, que no mire!!
Buena reflexión, Noe. Un abrazo
Me gustaMe gusta
Muchas gracias por tu comentario. No puedo evitar que esa parte de mí deje de quedarse a mí lado. Me faltaría vida! Un abrazo Lídia.
Me gustaLe gusta a 1 persona
hermosa palabras….felicidades!
saludos desde italia
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Antonio! Qué lejos estás! Un saludo
Me gustaMe gusta
¡¡ZAS!! Como un jarrón de agua helada ¡Cuánta razón! ¡Qué importante es vivir desde los ojos inocentes y sabios de un niño, con su ilusión y alegría infantil tan sana! Es tan importante ser un Peter Pan en un mundo de adultos… No ser un descerebrado al que le faltan bastantes años de madurez, pero tampoco ser alguien frío que se ha olvidado de la palabra “diversión”. Hay que seguir poniendo ilusión y alegría a todo lo que hacemos, disfrutar del momento (con cabeza, claro), un carpe diem en toda regla… Hay que ser un niño en un cuerpo de adulto, como pasa en la película Big (sino la has visto, te la recomiendo especialmente para estas fechas).
Tus palabras son todo un bálsamo ácido para esta sociedad, tan necesario y a la vez tan cierto que escuece y quema la piel. De verdad, leerte es todo un placer. ¡Un abrazo muy grande, querida Noe!
Me gustaLe gusta a 1 persona
A mí me gusta ser una gran peque con sentido común pero sin perder las ganas de sorprender, de sentir, de vivir! Gracias, gracias y gracias por hacerme saltar ahora mismo lágrimas de emoción Mar! Eres un encanto!!!
Me gustaLe gusta a 1 persona