Para qué despertar? No hay necesidad ni ganas de hacerlo. Demasiado bien se está en este momento como para ponerse a pensar en levantarse, en despojarse de este edredón cálido, cómplice del sueño vivido esta noche. Para destapar mis deseos encontrados, que fueron perdidos hace mil noches.
Un amanecer no deseado ya que sin tí no hay mañana buena ni Sol que valga. Mientras vague el aroma a tú ser, me mantendré quieta, cubierta por lo que fue cómplice de nuestro descontrol nocturno. Esperaré a que vuelvas, aunque las horas se hagan eternas, lo se. Mientras dormiré porque en tí, está mi despertar.